Aburrido de ir a la Iglesia para escuchar el mismo sermón de siempre? ¿Quieres una inyección de vitamina fe con un toque “especial”? Pues te presento a tu salvación.

Su nombre es Igor y salvo por sus vicios alimenticios bien podría pasar por un cura de Iglesia normal… el asunto es que a veces puede torcer las cosas para su bien y el de su… “colectivo” -p .

¡Sin más preámbulos, aquí esta el padre Igor!

¡Amén, hermanos! Me llamo Igor Schievkeoshfikdalalalavich y soy el primer padre ruso con tendencia a comer cerebros… bueno, no, ese era Mikhail “comecerebros” Rascalov, pero sí podríamos decir que soy el primer padre ruso zombie.

Primero quisiera explicar cómo es que llegué a escribir en su idioma… porque ya saben, los zombies adquieren automáticamente un lenguaje llamado AAAAAAAAAHH (aunque los zombies preferimos llamarlo simplemente idioma “Zombie”). Traté de escribir mis primeros sermones en mi lengua materna pero lo único que conseguí fue una sarta inentendible de haches, ases y “mataaar”. Por suerte todo cambió gracias a Google:



Bueno hermanos, aclarado ese misterio podemos proseguir con mi primer sermón. Al contrario de mi colega argentino, Jaime “sangres” Cadavieri, eso de andar rengueando de un lado para el otro persiguiendo gente -en otras palabras, actuar como predicador evangélico- no me interesa. Aun en mi condición quise seguir sirviendo a mis feligreses, y como vi que la Iglesia latinoamericana necesitaba nuevas fuerzas, me acerqué al “Nuevo Mundo”. Debo dar las gracias al hermano FJ por darme este espacio, un chico con un gran cere… eh, talento…

Hoy les vengo a hablar del alma. El alma (o “GAHAARAAAA” en mi idioma) es invisible, pero de alguna forma sabemos que la tenemos ¡Nos diferencia de todos los otras creaciones del Señor! Lo grandioso del alma es que hagas lo que hagas con tu cuerpo nunca la perderás.Podemos tener un brazo menos, pero aun conservaremos el alma; podemos tener las piernas devoradas por algún otro hermano y aun conservaremos el alma; podemos tener las sesos desparramados por la calle mientras una horda de zombies se da un festín con nosotros, y aun conservaremos el alma.

Entonces, hermanos… ¿Por qué nos preocupa tanto nuestro cuerpo? “Oh, no, un zombie, se va a comer a mi familia, tengo que reventarle la cabeza”, ese tipo de frases reflejan la mala fe de algunos que les importa tanto su cuerpo que incluso luchan para no tener una pierna menos ¡Impensado! Nuestro mismísimo Señor Jesucristo lo dijo: “Da lo mismo el cuerpo”…bueno, no lo dijo pero estoy seguro de que lo pensó alguna vez.

Les invito a probar. Córtense un brazo, dónenlo a la parroquia zombie más cercana (no aceptamos prótesis) y sientan su preciada alma, porque es lo único que una horda dezombies hambrientos no les quitará.

Amén


PD: ¡Ah! No se olviden de ir a la Primer Festival Zombie que celebramos en Moscú. Les dejo el volante:



espero que les haya gustado!